04 mayo 2010

TEMA 5.2: TÉCNICAS INTUITIVAS

Ayudan a liberar el subconsciente para que éste nos dé respuestas que ya tenemos pero somos incapaces de encontrar. Transformamos la pregunta ¿Hay una solución? por otra mucho más positiva; ¿Dónde puñetas tengo la solución?
Cuando se trata de liberar la creatividad y el pensamiento no consciente muchas veces el problema es vencer nuestros frenos, la vergüenza, el qué dirán, los pensamientos negativos, el “si esto funcionara ya estaría inventado”,... Con las técnicas que se exponen a continuación nos ayudaremos a vencer nuestros frenos y a ser más creativos. Dos ideas útiles, recuerda que nadie te ve ni te juzga, diviértete y no te ciñas a una sola técnica, explora todas y aprende a poner en marcha varias de ellas, unas son más apropiadas para unos casos, otras para otros, si cierras la gama es como si escogieras andar siempre con un solo pie ¿cansa, no?

Una advertencia, dejar correr el inconsciente no es dejar el problema a un loco y confiar en que va a sonar la flauta, antes hay que hacer los deberes, tener la información que se puede, atesorar experiencia, ensayar las técnicas, haber meditado sobre la cuestión, etc)

5.2.1. TÉCNICAS INTUITIVAS (Tabla resumen)

TÍTULO Y FUNDAMENTO OPERATIVA
Relajación: Es el punto de partida de muchas otras técnicas. Cuando la mente está presionada, se puede caer en la “visión en túnel” y obcecarnos en un ramillete escaso y frustrante de oportunidades o en la negación de la solución. Hay muchas técnicas, todas parten del entorno y la práctica. Un ambiente silencioso y tranquilo. Una actitud pasiva. Una posición confortable, para poder estar 15 minutos quieto ¡sin dormir! Una técnica mental específica y practicada. 1) Viaje a un pasado placentero.
2) Relajación muscular.
3) Santuario interior.
4) Globo aerostático (te imaginas que lo llenas de tus frenos t preocupaciones,... ¡y lo sueltas!).
5) Soltar las preocupaciones (nos imaginamos que las llevamos puestas, todas, en una prenda o adorno y nos lo quitamos –físicamente-).
6) Peso y calor en todo el cuerpo.
7) Mantras, para dejar atrás el “ruido” cerebral.
8) Prestidigitación mental, dejar de pensar en el problema y ponerse con otra actividad muy diferente.
Intuición: A veces ya “sabemos” las respuestas, podemos “entrenar” nuestra intuición. (Anthony Blake -¡Sí, el mentalista!-Tu poder intuitivo, técnicas y ejercicios para desarrollar tu sexto sentido”, 2001. Ed. Martínez Roca) ¿Dónde emplear la intuición?
Para sospechar la existencia de un problema; para reaccionar rápidamente con unos patrones de conducta bien entrenados ante; situaciones “estandarizadas”; para sintetizar a partir de informaciones incompletas; para comprobar los resultados del análisis racional; para dar soluciones rápidas (y no siempre acertadas, ¡ojo!);
¿Cómo desarrollar la intuición?
¿Cómo combinarla con la razón? ¡Con la práctica!
1) Desarrollaremos la intuición intentando responder rápidamente a alternativas sencillas y fáciles de comprobar, es muy importante que nos fijemos muchos en nuestro alrededor, para que captemos los detalles que orientarán nuestra intuición en un sentido u otro.
2) En ocasiones, estas decisiones rápidas se nos aparecen de forma simbólica, (un “Sí” o un “no”; un color), aprendamos a reconocer estas señales y a “obedecerlas”.
3) Las capacidades de resolver problemas con la intuición son: Saber atacar un problema sin saber cómo se hace; Poder relacionarlo con otras experiencias diferentes en otros campos, ver vínculos y conexiones; Reconocer la esencia del problema; Poder adelantar la solución al problema; Reconocer soluciones porque se siente que son correctas. Concentrarse en “lo que puede ser” no en “lo que es”.
Incubación: Se libera el subconsciente pasando a otros temas (después de haber trabajado intensamente en él). 1) Identificar el problema e imaginar qué sucederá cuando ya esté resuelto.
2) Preparación. Recoger toda la información pertinente Leer y hablar sobre el tema, escribir, preguntas y respuestas, hilos sueltos,…
3) Dar instrucciones al cerebro (+- decirnos: Ya tienes los datos y el objetivo, ahora te voy a dejar por un tiempo, ponte a solucionarlo y nos vemos en tres días – o el tiempo que queramos- o cuando lo tengas me avisas).
4) Poner la incubadora en marcha, aparcamos el problema fuera de nuestro pensamiento consciente y nos ponemos a otras cosas.
5) ¡Eureka! Ya está la solución (o no). Calentita y recién salida del cascarón
Analogías (lineales o simbólicas): Hay muchas cosas inventadas en ámbitos muy diferentes al de nuestra actuación que se pueden trasladar a nuestro campo de actuación, tal vez, no de forma literal, pero si adaptadas. Por ello es importante saber captar analogías y similitudes entre experiencias muy lejanas. 1) Manifestar el problema.
2) Elegir una frase, una palabra o una imagen clave del problema.
3) Elegir un campo muy distante.
4) Listar las palabras o imágenes que se asocian con dicho campo.
5) Escoger las ideas más ricas.
6) Buscar similitudes y conexiones entre estas y nuestra clave.
Preguntas fantásticas: Si apuntas a la luna, tal vez no llegues, pero avanzarás más que si apuntas al kiosco de la esquina. 1) Suspende tu juicio crítico, ¡Nadie te va a oir! (¿a que suena a peli de terror?).
2) Define el problema.
3) Lista un montón de escenarios suscitados por la pregunta ¿Qué pasaría si,...?
4) Responde a las preguntas que originan esos escenarios.
Visualización creativa: casi una auto-hipnosis, déjate apoderar por un color y sus cualidades, be water my friend,.. 1) Selecciona un color básico y visualízalo, imagina sus cualidades.
2) Imagina que ese color va invadiendo todo tu cuerpo y va expulsando todas tus dudas y energías negativas, poco a poco se va apoderando de ti hasta que tú eres ese color.
3) Cuando termina de completarse esa inmersión de color afírmate en voz alta de tus cualidades por ej: soy rojo, soy potente e intenso, lleno de pasión y fuerza, nada se me opone, soy valiente y emprendedor, soy cálido y amoroso, soy dominante y puedo vencer todos los obstáculos,... ¡A qué suena friki!
Sueños: Formula una pregunta sobre el problema, escríbela varias veces, repítelo antes de acostarte (no te olvides de haber estado trabajando también intensamente sobre ello), el subconsciente empezará a barajar soluciones imaginativas, el problema será traducirlo... 1) Ten un “diario de sueños” al lado de la cama, cuando te despiertes, trata de recordar tu sueño, medita unos minutos antes de levantarte y luego anota inmediatamente todo lo que recuerdes, con el mayor detalle posible.
2) Toma una o dos imágenes del sueño y haz asociaciones libres con ellas, anota los resultados.
3) Mantén el diario actualizado y revísalo ¿qué recurrencias encuentras?
4) La clave está en el trabajo previo y en la constancia, a medida que se anotan los sueños se gana en viveza de la descripción, en los detalles y en la capacidad de análisis, además de que se pueden ir percibiendo patrones, repeticiones,... la solución se acerca… ¡a dormir!
Dibujos: El dibujo inintencionado, dejando que la mano vaya por donde quiera, haciendo lo primero que se le antoje, es otra forma de liberarse y dejar paso al subconsciente. 1) Repasar el problema sobre el que se ha estado trabajando y escribirlo, reflexionar sobre él.
2) Relajarse.
3) Liberar la intuición, imágenes, ideas, escenas, símbolos,...
4) Enmarcar el problema en un espacio delimitado.
5) Dibujar lo que la mente quiera.
6) Si es preciso se toma otra hoja y se sigue dibujando.
7) Examinar los dibujos.
8) Escribir la primera palabra que se asocie con cada componente del dibujo.
9) Combinar las palabras y escribir un párrafo.
10) ¿Cómo se relaciona el problema con el escrito?
Imágenes hipnogónicas: esta técnica era usada por Salvador Dalí para desarrollar sus pinturas surrealistas. 1) Pensar en el problema.
2) Relajarse.
3) Acallar la mente (ej. con un mantra).
4) Tranquilizar los ojos, no mirar nada en concreto, no enfocar.
5) Escribir las experiencias según se vayan produciendo.
6) Buscar el vínculo asociativo con el problema.
Imágenes: Es un modo de ocupar la mente con algo diferente para que el consciente deje de actuar y demos una oportunidad a nuestro otro “yo” para que nos “sople” una solución. 1) Relajarse.
2) Pedir una respuesta al problema al subconsciente.
3) Realizar un viaje “guiado” (puede ser una descripción en un libro o una experiencia que hayamos tenido nosotros y la hayamos escrito), se trata de irnos a un lugar placentero, que pueda involucrar todos los sentidos posibles y en el que tratemos de recrear todos los detalles posibles, visuales, olfativos, del oído, del gusto, del tacto.
4) Aceptar todos los mensajes que nos vayan apareciendo.
5) Registrar o dibujar todas las imágenes que nos van surgiendo, podemos desechar las borrosas y concentrarnos en aquellas que apreciamos con claridad.
6) Buscar patrones, asociaciones, analogías, etc.
Psicosíntesis: Se trata de crear un “mentor interno” alguien, basado en la realidad o de ficción (como el Humphrey Bogart deSueños de seductor”), al que podamos recurrir para “conversar” en un estado relajado de vigilia (¡sin dormir!). En esa conversación pueden surgir muchas claves para resolver el tema planteado. 1) Relajarse.
2) Imaginar un encuentro con el mentor, en un entorno amable.
3) Entablar conversación, exponiendo los puntos más esenciales del problema y de la información, prestar mucha atención a sus preguntas, a lo que dice y a lo que hace.
4) Al acabar la conversación es bueno que el mentor nos reafirme que ahí estará y podrá ayudarnos cuando lo necesitemos.
5) Debemos escribir todos los detalles posibles de la conversación, sobre todo lo referente al mentor, para eso le pagamos ¿no?

En la próxima entrada: ¡técnicas de grupo!

Y ahora, me despido.

¡Mañana más!

1 comentario:

  1. No sabía yo que el subconsciente fuera tan sabio para resolver nuestros problemas,..¡ni tan esquivo! Hay que ver todo lo que hay que hacer para invocarlo, ¡ni que fuera una sesión de espiritismo!

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