24 abril 2010

Ciudades analógicamente fantásticas y etcétera

Esta semana continuamos viendo los métodos analógicos; pero, esta vez, los estudiamos en un caso práctico enfocado a las ciudades españolas.

Volvimos a recordar que algunos métodos analógicos eran:

- La Analogía: relación de semejanza.

- La Metáfora: analogía de sustitución.

- La Alegoría: conjunto de metáforas.

- La Parábola: tomar un elemento para traducirlo a la vida real

El profesor Francisco García nos puso un ejemplo con Córdoba, a propósito de un trabajo que él había realizado. En su trabajo, los participantes en la elaboración de analogías consideraban que Córdoba se había encasquillado en sí misma, como forma de protección o reserva; y por eso, sus aportaciones fueron:

Córdoba es como una ciudad fortín

Como una isla

Como un mundo

Como una vacuna

No obstante, F. García fue más allá diciendo que:

Córdoba era como una cabeza

Córdoba es una imagen de poesía y filosofía

La primera comparación surge de que esta ciudad es capital de provincia (es la referencia de un lugar); y porque, en ese momento, buscaba la capitalidad europea. Además, es cabeza porque a lo largo de la Historia ha tenido muchos pensadores; es una ciudad poderosa; y ha regido varios momentos históricos.

La segunda, por su parte, proviene de un texto de Horacio.

Después de estos ejemplos, nos tocó a nosotros hacer lo propio con la ciudad de Madrid. Para ello, el profesor nos dividió en cuatro grupos: uno para la analogía, otro para la metáfora, el siguiente para la alegoría, y el último para la parábola.

A mi grupo le tocó la ALEGORÍA; y mi aportación es:

“Madrid es como un vórtice o una espiral”

La ciudad de Madrid es el centro de la Comunidad, así como del país; en ella se concentran los potenciales financieros y empresariales de España; todo el país gira en torno a ella; y va extendiendo su influencia por sus alrededores.

Imagen compuesta en photoshop a partir de la imagen tomada de: http://www.juntadeandalucia.es/averroes/islaverde/departamentos/matematicas/images/espiral.jpg; y un plano de Madrid.

Para terminar la clase, estuvimos buscando los significados etimológicos de algunas palabras; lo que fue sorprendente, pues nos dimos cuenta de que hemos transformado completamente algunos términos. La traducción es otro de los métodos para la creatividad.


Algunos ejemplos son:

- Respeto. Actualmente, quiere decir: atención o consideración. Pero etimológicamente, proviene del latín “re spectus”, que es “volver a mirar o mirar de nuevo”.

- Compasión. Ahora se le atribuye una connotación negativa; pero en su origen era “tener una pasión compartida”. Esta palabra era muy utilizada por la gente de derechas y, por esto, fue perdiendo su significado original con el tiempo.

- Tolerancia. Según el diccionario es: respeto hacia las opiniones o prácticas de los demás. Esta palabra viene de “levantar”, pues se levanta todo el peso de la ley, de las costumbres y de la máxima exigencia; es un espacio para la libertad. Con la “tolerancia cero” la palabra pierde todo su sentido, pues se aniquila semánticamente el término. Para referirnos a la tolerancia cero, deberíamos utilizar la palabra intolerancia, ¡que para eso está inventada!

Al trabajar con etimologías hay que fijarse en tres cosas:

Análisis del significado original

La traducción

Las contaminaciones del término

Para terminar, os dejo “La Noche Oscura” de San Juan de la Cruz, como ejemplo de alegoría:

En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
(¡oh dichosa ventura!)
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
(¡oh dichosa ventura!)
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guïaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que me guiaste!,
¡oh noche amable más que el alborada!,
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!

En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

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