Objetos imposibles

La semana pasada nos dijo el profesor que inventásemos objetos que fuesen imposibles en la vida real. Él nos dio como ejemplo una cafetera que tuviese el mango por el lado por el cual se vierte el café; que sería un objeto imposible pues al servir el café, te quemarías la mano.

A partir de esta idea, y de que tenía que ordenar mi cuarto (nunca se sabe cuándo te puede llegar la inspiración), se me ocurrieron dos objetos. Se supone que tienen que ser imposibles; pero a mí me gusta más la palabra improbable; porque, a estas alturas, nunca se sabe por dónde puede salir el ser humano. Como suele decirse, "hay gente pá tó".

El primero de ellos sería lo que he llamado "Obra Dadá de Fregona". Consiste en un cubo de fregar unido a una fregona. Sería un objeto imposible porque, para empezar, no se podría mojar ni escurrir la fregona en el cubo; y, en segundo lugar, porque a la hora de fregar, pondrías el cubo boca abajo y todo el agua caería sobre ti, empapándote, y ya de paso, poniendo todo el suelo perdido. Pero, como he dicho, estos objetos pueden ser improbables si los miras desde perspectivas poco comunes. Por ejemplo, una fregona está pensada para limpiar; pero un pintor podía utilizar este objeto para pintar el techo y aprovechar el cubo para recoger las gotas de pintura y no manchar el suelo.

© Nuria González

El segundo sería el "Endo-vaporizador" que, como su nombre indica, es un vaporizador de agua que en vez de pulverizar hacia fuera, lo hace hacia dentro; siendo un artículo inútil en la vida cotidiana; ya que, por mucho que aprietes el mecanismo para disparar el agua, ésta nunca saldría del recipiente. No obstante, podría servir como juguete desestresante (que tenemos martirizados a los pobres animalillos de gomaespuma) o, simplemente, para ver cómo cae el agua por el plástico de algún color transparente en un momento de aburrimiento (hay gente que tiene mucho tiempo libre).

© Nuria González

¿Qué os parecen?

(A pesar de los dibujillos que, desde luego, no son obra de Diego Velázquez)